Pantalones Sobre la Cabeza
Un despertar sobre mi cama de telgopor,
Mientras veo el atardecer por la ventana.
Mascando vidrio molido de tu ojo de cristal
Por carnavales siniestros del mal en la Patagonia.
Jodido noviembre, estúpido diciembre, alabado sea junio.
Basta de avellaneda, quiero todo para hoy.
Rivadavia y Pueyrredón. Lluvia ácida frente a esa estatua,
Casi desaparecida, lamentable sueño y fin.
De un lado para el otro, de casa en casa,
Perro que ladra no lee, diariero triunfa.
Ya no somos lo que éramos, no éramos lo que somos,
Derrotados en el triunfo, triunfantes en la derrota.
Los engranajes de una Argentina antigua,
Madres de la nada, abuelos de algo.
Digo, como, leo, voy y vengo
Pero nunca jamás será plural, no volveremos.
Nos vendieron y vendimos, nos mataron y renacimos,
Renacimos sobre la muerte del águila patrona,
La heladera no enfriará como antes,
Y nosotros, más fríos que nunca, con los pantalones
Sobre la cabeza.
viernes, 10 de julio de 2009
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